Por Joseph Berolo
Aún no he regresado del centro del mundo
porque allí se quedó mi corazón prendido
de un plácido quehacer de poeta vagabundo
que en Quito halló el eco de todo lo querido
Fueron los valles y colinas y la enorme curvatura
de la ciudad procera, testigos de su rica andanza
y en el Pichincha se repitió la libertad de altura
y en Panecillos la serena majestad de la esperanza.
Rica y pura la cosecha fue de todo lo sembrado
en los campos que riegan la paz y la confianza,
donde Dios es presencia y el amor es legado
y en hacer patria los sembradores bien se afianzan
y en una colina de la tierra ecuatoriana crecen
al amparo de la paz y la verdad que los enaltece.
Voces de Esperanza IV
Octubre 19-21.2023
Virtual & Presencial Quito Ecuador