El cocuyo hace derroche
del sueño durante el día,
cargando la batería
hasta que llega la noche.
Cuando el día cierra el broche
de la claridad, montones
de cocuyos en rincones,
y en el aire se revelan
como linternas que vuelan
en distintas direcciones.
De: El silencio mira. Ediciones Centro Cairos. (N. del E.)