Por Rogelio Leal
Mari Lope, Mari Lope
es la flor de la amistad.
Jean, pirata de corsarios,
la quería desposar:
—Mari Lope, serán tuyos
mis tesoro de la mar.
—Guarda, guarda los regalos,
tus palabras son de sal;
que no cambio yo mi patria
por tu cofre y tu bregar.
Esta noche los cocuyos,
desde el sueño de coral,
fueron lobos marineros
a robarla para Jean.
Y en la playa, Mary Lope
¡el prodigio de contar!
se volvió una planta humilde
y no pudo la maldad.
Mari Lope, Mari Lope
es la flor de mi ciudad:
hojiverdes las sandalias
y la bata de azafrán.
Tomado de Atarraya de versos. Ediciones Mecenas, 2019. (N. del E.).