Por Taymí Blanco

 

La noche despliega
su manto
sobre el mar,
al son de las caracolas.
Las estrellas titilan,
encienden la tempestad,
con plasmas de destellos.
El viento aúlla,
la luna ríe,
ambos danzan sobre las crestas,
al son de las caracolas.
Al son, son,
dos que juegan,
dos y  tres.
Caracol, mar y ola,
al ritmo de tus pies.
Se acurruca luego el mar,
entre la bruma bordada,
y sueña con amanecer
al son de la caracola.
Caracol, mar y ola,
al ritmo de tus pies.