Por Excilia Saldaña
La noche es como una abuela
con un gran moño de plata.
Se mece suave y serena
en un sillón de aguas blancas.
Cuéntame, abuela,
cuéntame
tu historia
de viejas hadas.
Se mece suave y serena
en un sillón de aguas mansas
y dos estrellas le corren
despacito por la cara.
Cuéntame, abuela,
cuéntame
tus viejas
historias de hadas.
Y dos estrellas le corren
despacito y desmayadas,
si canta, con voz de niña,
su infancia de noche esclava.
Tomado de: ¿Cuánto cuestan los abuelos? (N. del E.).