Por Mariam Aguilar

 

Había una vez un zunzún que un niño quería atrapar, pero una niña llegó y le dijo que no lo atrapara, porque los zunzunes eran bonitos y muy útiles; él le hizo caso y desde entonces se dedicó a cuidar el jardín de su casa, adonde el zunzún venía todas las mañanas a libar de las flores.