Foto de Jos Luis

(Entrevista a J. L. Rodríguez Ávalos.)

Por Pepe Sánchez

En mis últimos viajes a México, he tenido la fortuna de conocer a José Luis Rodríguez Ávalos, coincidir con él en emisiones de su programa radial Exlibris, y en Ferias del Libro en Morelia, Michoacán. Rodríguez Ávalos es un hombre de vasta cultura y trato amable, accesible y alegre. Pero cuando vas conociendo su mundo de artista y escritor, uno agradece su amistad, su conversación y entrega a la difusión y promoción de lo más valioso de la cultura que lo circunda. Promotor cultural, profesor universitario, hombre de teatro, poeta, músico, y más. En este último viaje mío a México del 2022, accedió a ser entrevistado para la revista Calle B. Los dejo con sus palabras de hombre culto y bueno.

1.- José Luis, nos gustaría que le contaras a los lectores de Calle B, ¿dónde naciste, tus estudios, las primeras experiencias con el arte y la literatura, y si en tu familia hay otras personas que también se han dedicado al mundo de la cultura?

Nací en Guadalajara, Jalisco, el 16 de agosto de 1947. Mi madre me enseñó a leer y a escribir, mi primer libro lo leí cuando tenía 5 años, pero sin entender nada de lo que allí se decía. Al ingresar a la educación primaria me pusieron en 2° año por ya saber leer y escribir. A los 11 años ingresé al Seminario Diocesano del Señor San José en Guadalajara, donde estuve dos años y en 1960 me trasladaron al campus que el Seminario tiene en la sierra de Tapalpa y al año siguiente me enviaron al campus de Ciudad Guzmán. Salí de vacaciones en julio de 1962 y me dirigí a Morelia, donde vive mi familia a la que tenía años sin verla. Quise inscribirme en la Universidad Michoacana pero no me aceptaron porque mis documentos eran de una “institución confesional”.


2.- ¿Cuál fue el hecho que te llevó a ser el gran promotor cultural que ahora eres?

En 1964 conocí a Ruth del Río Ramírez quien, con su hermana Claudia, estudiaban teatro en la Escuela Popular de Bellas Artes (EPBA), dependencia de la Universidad Michoacana. En enero de 1965 me inscribí en esa escuela siguiendo los pasos de Ruth. Allí iniciaría el trabajo que me llevaría al activismo cultural.


3.- ¿Qué nos puedes contar de tus experiencias en el teatro?

En la EPBA había carreras artísticas de 3 años. En teatro solo había dos maestros, Mario Galindo y Alvarado, que daba clases a primer año, y José Manuel Álvarez Martínez a segundo y tercero. En 1966 hubo un movimiento estudiantil, entró el ejército a la Universidad, clausuraron varios centros de estudio y cerraron la EPBA que volvió a abrir ese mismo año pero ya como Instituto Único de Bellas Artes. Pasaron varios años antes de recuperar su antiguo nombre. Mi maestro Mario Galindo huyó a la Ciudad de México porque estaba en la lista de perseguidos por el ejército. Yo comencé a dar clases a primer año sin recibir sueldo alguno, incorporando materias que no se llevaban, como Dicción, Pantomima e Historia del Teatro. A finales del año logré hacerme novio de Ruth quien, al año siguiente, se fue a residir a la Ciudad de México al fallecer su padre y regresó a Morelia hasta 1969. Nos casamos en enero de 1971 y seguimos juntos hasta la fecha. Yo seguí dando clases en la EPBA hasta 1975. También di clases de teatro en el Instituto Tecnológico de Morelia, donde sí me pagaban, de 1974 hasta 1980 y en la Casa de la Cultura de Morelia, donde también me pagaban, de 1981 hasta 2003.


4.- ¿Cómo nació tu valioso programa Exlibris? ¿Cuántos años llevas produciéndolo, y cuáles consideras han sido los mayores éxitos y satisfacciones de tu programa radial?

En 1969 dirigía la Difusión Cultural de la Universidad Michoacana el licenciado Luis Salinas Juárez, con quien tenía relación por mis actividades teatrales. Supe que estaba trabajando para que se fundara la radio en la Universidad, pero había obstáculos porque la junta de gobierno universitaria consideraba que era un gasto oneroso y que había asuntos prioritarios. Sin embargo también apoyaba el proyecto la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad. Supe que habían entregado una petición al candidato a la presidencia de la república Luis Echeverría para que donara el equipo de la radio. Al entrar en sus funciones presidenciales otorgó el equipo que llegó a Morelia y tuvieron que guardarlo prácticamente a la intemperie porque no tenían dónde instalarlo. La autoridad universitaria aceptó que se instalara y el técnico fue el ingeniero Manuel Espinoza Toledo, quien eligió la torre de control del antiguo aeropuerto donde se estaba construyendo la Ciudad Universitaria. En marzo de 1965 inició la instalación y ese mismo año se hicieron las transmisiones de prueba. Desde que inició sus trabajos estuve acompañando al Ing. Espinoza y participé en las primeras transmisiones. En 1978 entró el primer director de la radio, Arturo Molina García, quien me pidió que le ayudara y que haría los trámites para que me pagaran. Le ayudé pero nunca hizo los trámites, así que nunca me pagaron, pero estuve haciendo actividades de locutor, operador, guionista, técnico de grabación y continuista hasta 1980. Fue en 1978 cuando tenía que atender las transmisiones de fin de semana. Se transmitía diariamente de 7:00 a 19:00 y yo atendía varios horarios entre semana. Por la mañana de los domingos había iniciado varios programas dirigidos a la familia y entre ellos incluí uno dedicado a los libros, la literatura y el mundo editorial que gustó a la gente. Le llamé “Ex Libris” y al principio tenía 15 minutos de duración, pero como gustó, poco a poco fue creciendo y alcanzó las dos horas que sigue teniendo hasta hoy, en el horario de 10:00 a 12:00. Lo que más impactó a la audiencia fue que comencé a transmitir fuera de la radio, instalándome en casas particulares, librerías, plazas, museos, cafés, restaurantes, etc., salvando el problema de que por ser domingo muchos lugares no abren. Lo más interesante fue salir de Morelia y al cumplir 40 años de transmisiones ya habíamos recorrido los 113 municipios michoacanos. El equipo de transmisión lo compramos nosotros, o sea, mi familia y yo, porque la radio y la Universidad jamás nos han dado ni siquiera un cable. Mi familia y yo hacemos el programa por vocación y porque creemos firmemente en la libertad de expresión, que está consagrada en la Constitución pero no dice cómo hacer uso de ella; nosotros ponemos los micrófonos al servicio de la gente, hay tanta libertad de expresión en Ex Libris que hasta se puede hablar bien del gobierno. Con Ex Libris se ejercita la democracia y se defienden los derechos de la audiencia. Actualmente, luego de 44 años al aire, es el programa cultural independiente más antiguo de la radiodifusión nacional. Hay un programa más antiguo, Panorama del Jazz, que produce Roberto Aymes en Radio UNAM, pero sí le pagan y tiene presupuesto, con más de 60 años al aire; el programa más antiguo es La Hora Nacional, que tiene más de 80 años y tiene un buen presupuesto oficial. Ex Libris es el único programa independiente sin presupuesto, pero con un público internacional.


5.- ¿Qué nos puedes contar de tu trabajo dentro del Colectivo Artístico Morelia A.C.?

Con un grupo de alumnos de la EPBA y del Tecnológico fundamos un centro cultural en los límites del centro de Morelia y la colonia Ventura Puente, al que llamamos Espacio Escénico, donde dábamos clases de artes gratuitamente, teníamos un taller literario, un cine club, idiomas y espectáculos todos los días. Integramos grupos de teatro, declamación, cuentacuentos, oratoria, danza folclórica y música. Nos presentábamos con espectáculos diversos tanto en Morelia como en el estado y en estados vecinos como Guanajuato, Jalisco, Guerrero, Estado de México y Ciudad de México. Dichos grupos no tenían nombre, así que decidimos poner uno y nos llamamos Colectivo Artístico Morelia desde el 4 de diciembre de 1974. Nunca nos apoyaron los distintos niveles de gobierno, nos decían que deberíamos estar legalmente constituidos como asociación civil, lo cual hicimos en julio de 1985 y, aun así, nunca nos han apoyado los distintos niveles de gobierno. Iniciamos el Espacio Escénico con un préstamo que me hizo mi padre y que nunca le pagué, pero tuvimos que cerrar a finales de 1975 por haberse agotado el dinero.


6.- Ahora, quisiera que nos platicaras de tu vida como escritor y dentro del teatro, de crítico literario, y profesor universitario.

Escribir ha sido una constante desde que mi madre me enseñó a hacerlo, al igual que la lectura de libros. Nunca me propuse ser artista, considero que eso nació en el seno familiar, fuimos artistas de manera natural con mi hermana Elba, que compone y canta sus propias canciones para niñas y niños, ha grabado 5 discos compactos y tiene otros esperando los recursos económicos; con mi hermano Fernando, que es un cantante muy hábil y con mi hermano Ernesto, ya fallecido, que fue quien me inició en el estudio de la guitarra y con quien participamos en agrupaciones de rock y de música popular. Lo que soy como artista nació en el seno familiar, donde mi padre y mi madre cantaban y muchos parientes, sobre todo las mujeres, han sido cantantes. Hice teatro desde que estuve en el Seminario, donde es común que se presenten zarzuelas y operetas, fui integrante de la Schola Cantorum, ayudante de un sacerdote que hacía trucos de magia en teatros y encargado de decir los mensajes comunitarios al micrófono, además de realizar carteles para todos los servicios del Seminario. Cuando comencé a desarrollarme como profesor universitario tenía el sueño de llegar a ser un gran actor, pero pronto me di cuenta de que mi alumnado tenía el mismo sueño, así que preferí ser promotor cultural, o sea, dedicarme a abrir puertas para quienes querían dedicarse al quehacer artístico. He publicado diez libros con mi poesía, mis cuentos y obras de teatro, libros que se encuentran agotados y sin posibilidad económica para reeditarlos. Con el Colectivo Artístico Morelia iniciamos un programa editorial con el propósito de publicar a quienes escriben en Michoacán y a gente de Michoacán que se encuentra diseminada por todo el mundo. Son publicaciones de pocas páginas, tan solo para dar una muestra de lo que se está escribiendo en poesía, narrativa, teatro y ensayo, comenzamos en 1988 y seguimos haciéndolo. Un día me cuestioné acerca de mis lecturas, hacia dónde van y de qué sirven a las demás personas. Entonces decidí hacer un comentario de cada libro leído, comencé a publicarlo en periódicos pero no vale la pena porque de pronto los mutilan o dejan de publicarlos sin más. Ahora publico esos comentarios, que son de una página, en mi página de Facebook, donde he publicado más de 900, uno semanal cada viernes.


7.- ¿Cuáles premios y condecoraciones has recibido por tu obra?

He recibido varios premios a mi poesía, casi todos estatales, y el premio de la Academia Nacional de Poesía de la Ciudad de México en 2021. El Premio Nacional de Promoción de la Lectura, por parte de Conaculta, en 2002 y en ese mismo año el Diploma al Mérito Cultural de la Universidad de Matanzas, por difundir el trabajo de decimistas en Iberoamérica mediante la Gaceta de la Décima. En 2010 el Ayuntamiento de Huandacareo, Michoacán, me hizo un homenaje por mi trayectoria artística. En 2019 recibí la Presea Carlos Pickering, de la Asociación Nacional de Locutores, por mis 50 años como locutor. En 2022 recibí el Premio Estatal de las Artes Eréndira, del Gobierno de Michoacán, por mi trayectoria literaria.


8.- ¿Qué otros hechos de tu vida dentro del arte y la literatura quisieras contarles a los lectores de Calle B?

Hemos recorrido con el programa Ex Libris los 113 municipios de Michoacán y hemos transmitido desde varias ciudades de México, en 20 de los 32 estados de la república; también desde Chicago, en Estados Unidos. Intenté transmitirlo desde Gotemburgo, Suecia, en 1990, sin éxito, y en Cuba en 2003 sin lograr la conexión que, de todas maneras, hubiera sido muy cara. Desde 2020 el productor y director de Ex Libris es mi hijo Luis Mariano, quien fue técnico del programa desde que tenía 10 años; ha logrado que nuestras transmisiones sean 100% profesionales con una gran calidad de sonido y de contenido, subiendo la señal a Facebook en la página del Colectivo Artístico Morelia, lo que permite que se escuche en cualquier parte del mundo.
     En el año 2001 viajé a Cuba para entrevistar al gran músico Harold Gramatges, integrante fundador de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y la entrevista se centró en una de las muchas actividades que realizaba ese importante compositor y director de orquesta: la guitarra. No solo era un hábil guitarrista, sino también destacado compositor para ese instrumento tan importante para Michoacán. Se publicó en 2001 en dos partes en la desaparecida e impecable revista Zona Franca, que dirigía Ramiro Bolaños y que también presentó en La Habana.
     Una gran experiencia en mi vida ha sido el encuentro con el movimiento repentista internacional, la poesía que se improvisa al instante, con música o sin ella, y que deja ver habilidades increíbles en el manejo de la palabra poética y que he tenido oportunidad de disfrutar desde los años 70. Conocí a repentistas de Cuba muy singulares, como el Indio Naborí, Tomasita Quiala, Alexis Díaz Pimienta y muchos otros, incluyendo niñas y niños que improvisan; Marta Suint, de Argentina; Jorge Drexler, de Uruguay; familias enteras de Puerto Rico, Venezuela, Guatemala, Argentina, Chile y, por supuesto, de todo México, donde hemos tenido oportunidad de reunirnos en Veracruz, San Luis Potosí, Santiago Tuxtla y otros lugares que han recibido a poetas repentistas y, por supuesto, comprobar que en Michoacán cada vez hay más repentismo de mucha calidad.
     Lo más emotivo en mi vida es contar con tantas amistades que quieren y admiran a mi familia, que tienen la disponibilidad de ayudarnos así como nosotros ayudamos a tanta gente. La amistad y el amor son los motores de la vida y lo disfrutamos con la gente que sigue nuestras actividades.