Por Arelis Febles

“Agradecer es un gusto”, máxime para los que le aprendimos al Maestro de que “Honrar honra”, que “Es cobarde quien ve el mérito ajeno humilde, y no lo alaba”, que “Cuando proclama el mérito desconocido, cuando levanta el ejemplo ante los flojos y los descorazonados, cuando sujeta a los hombres en la vida de la virtud, lo loable es la alabanza”. Y la merece la vida y obra de nuestra Elizabeth Álvarez Fuentes, cumanayagüense

nacida en una de las barriadas urbanas de Cumanayagua el 26 de noviembre de 1949. Descendiente de tabaqueros y comerciantes del ramo, vivió hasta los trece años una niñez espléndida, marcada por los entonces raros privilegios de libertad de expresión y movimientos, juegos exentos de discriminación de género, plagados de imaginación desbordante, elucubradores de travesuras con las que suplir cualquier carencia material y toda la inocencia propia de la edad, como por ejemplo, capitanear la escalada de una techumbre vecina para celebrar a su muñeca un cumpleaños por todo lo alto.

Tempranamente (recién entrada en la adolescencia) su condición física se resiente y el diagnóstico es triste y definitivo: distrofia muscular progresiva. Entre crisis, convalecencia y alivios vence los estudios secundarios, matricula en la Facultad Obrero Campesina (FOC), en pos del duodécimo grado, y en cursos de aprendizaje del idioma inglés de tres años de duración, en el que finalmente resulta graduada. El firme empeño por no dejarse ganar la partida por la adversidad hace que el contar cuentos a niños pequeños de la familia y escribir versos a escondidas ceda paso a la incorporación al recién estrenado Taller Literario Cucalambé, posteriormente Roque Dalton, que funcionaría en la propia sala de su casa, antes de creada la institución Casa de Cultura. Entonces ella pone sobre el tapete sus creaciones y lucha por el reconocimiento de la literatura para niños, terminología que no había sentado cátedra en esos momentos. Posteriormente cursaría ocho niveles de preceptiva literaria con el profesor Ian Rodríguez y tomaría concienzudamente las clases del curso de Literatura del Programa Nacional Universidad para todos.

La primera obra suya que vio la luz pública fue “Mi amiga Hermeregilda”, en un Encuentro-Debate Provincial de Talleres Literarios auspiciado por la Casa de la Cultura de Cienfuegos. El primer premio lo obtuvo en un encuentro nacional de Talleres Literarios en Bayamo (1982), en la modalidad de teatro para niños, con la obra “Dos patios”. En 1986 asiste a similar evento en Manzanillo. Entre sus publicaciones a cargo de la editorial Mecenas cabe mencionar:

Estrellita, una plaquete de cuentos para niños

Canción de  Primavera, poemario para niños

En real gallinero hay fantasma, una noveleta para niños.

Es notable que esta mujer a la que las circunstancias obligaron a renunciar a la maternidad por temor a la transferencia genética, haya hecho del ejercicio de la escritura para niños su incentivo principal, al punto de siente a los hijos de su pueblo, por extensión, como suyos, y para ellos escribe con toda pasión sin escatimar sacrificios.

También cultiva la literatura para adultos, entre los que se destacan las publicaciones:

-Doblega al centauro, libro de poesía.

-El libro de los aforismos, antología del Taller de preceptiva de Ian Rodríguez, en que aparece un poema suyo.

-Poetas de Fin de Siglo en San Felipe de Cumanayagua, antología en que aparecen poemas suyos (Editorial ¡Ánimo!).

-Cuentos suyos aparecen en el boletín Candil, auspiciado por la Iglesia Católica de Cumanayagua.

arios artículos y poemas de su creación se recogen en Revista Entre Ríos, también de la Iglesia Católica de Cumanayagua.

-Textos suyos, tanto en prosa como en verso, han sido publicados en la Revista Digital Cultural Calle B, auspiciada por la Dirección Municipal de Cultura de Cumanayagua.

Múltiples son las creaciones inéditas de esta infatigable artista. En ella lo inédito no es sinónimo, esas obras las esgrime permanentemente por más de treinta años  en una peña literaria bautizada como Peña Elizabeth, que actualmente, por problemas del agravamiento de su estado de salud, queda circunscrita al seminternado de de Enseñanza Primaria “Mario Castillo Rojas”, de Cumanayagua,  en el que trabaja con mucho amor desde su perspectiva de promotora cultural natural. Algunas de sus obras inéditas son:

-Adivitrabilenguando, libro de adivinanzas y trabalenguas.

-Memorias de Rufino, libro de poesías para niños.

-Del amor y otros árboles, libro de narrativa.

El pájaro de la alegría, libro de narrativa.

Los Purci, noveleta para niños.

La tía Voladora, libro de cuentos.

Otro desempeño no menos importante y útil es que autoriza y asesora en el manejo de sus obras al grupo de Teatro de los Elementos, para el desarrollo de un programa de promoción cultural de la literatura y otras artes del patrimonio de la localidad; para tales propósitos, convierte especialmente al género dramático su noveleta En real gallinero hay fantasma. También cede desinteresadamente su pieza teatral para niños Un juego verdadero, obra afín a la Metodología Mapa Verde, propia de la misión Educación Ambiental en la que está inmerso dicho grupo teatral.

Sus producciones literarias inéditas se difunden  y  disfrutan  en la peña literaria municipal nominada La rana sorda, entre las que cabe mencionar:

-El farolito rojo, cuentos

 -Contra las piedras, poesías.

-El libro de las sombras, poemario que resultó premiado en los Juegos Florales de Cumanayagua.

-El río que ya no es, poesías.

-Hágase la luz, poesías.

-Haikus, poesías sentenciosas.

-Huellas invisibles, poemario,

Nuestra investigación deriva la evaluación de la impronta de Elizabeth en la cultura cumanayagüense de las respuestas a dos preguntas formuladas a personalidades de la literatura y el arte en este Municipio:

1. ¿Quién es Elizabeth Álvarez?

2. ¿Cómo la define artística y socialmente?

Reflexionemos en torno a sus respuestas.

Licenciado en Dirección Teatral José Oriol González Martínez, actor y director fundador de Teatro de los Elementos: “Elizabeth Álvarez es una artista genuina. Ella desde su portal ve pasar la vida con ojos color de rosa. Por momentos, cuando escribe, obra el milagro de la creación: animales con conductas humanas, adultos que simulan niños. Ella habla siempre sobre el pueblo. Y sobre nosotros los humanos como una dulce cronista que nos permite ver nuestros defectos y quizás ser mejores”

José (Pepe) Sánchez Hernández. Ingeniero, Máster en Educación, poeta, narrador y ensayista, con varios libros publicados. Multipremiado en numerosos certámenes literarios nacionales e internacionales, su obra ha sido traducida al inglés, el francés, el italiano, el rumano, entre otras. Director de la Revista Digital Cultural Calle B: “Elizabeth Álvarez es, desde mi punto de vista, la más importante escritora para niños de nuestro Municipio en todos los géneros literarios y a la altura de nuestros escritores en la literatura para adultos, dedicada al oficio de escribir en cuerpo y alma. Pinta y crea con la pasión y la luz de los que saben que dar es la mejor forma de recibir”.

Orlando Víctor Pérez Cabrera Licenciado en las Especialidades de Español-Literatura e Inglés, Máster en Educación, poeta, narrador, ensayista e investigador sobre temas culturales, con varios libros publicados. Premiado en numerosos certámenes literarios nacionales e internacionales, su obra ha sido traducida al inglés, el francés, el catalán, entre otras. Editor de la Revista Digital Cultural Calle B: “Mujer de constancia y persistencia admirables, como escritora para niños constituye nuestro paradigma. Imaginación desbordante, fino sentido del humor y la cubanía; sensibilidad exquisita para penetrar en los recovecos del alma infanto-juvenil. Ha podido gestar una obra meritoria, pese a sus grandes limitaciones físicas. Como caracol benigno, ha ido dejando su huella en el parnaso cumanayagüense.

Luisa María Macías Chiong. Licenciada en las Especialidades de Español-Literatura, Máster en Educación. Especialista en literatura y Jefa de Cátedra de la Casa de Cultura Habarimao de Cumanayagua, desde el año 1984 hasta la fecha. Premio Nacional Olga Alonso por la obra de toda la vida, otorgada por el Consejo Nacional de Casas de Cultura: “Fundadora de Talleres Literarios Municipales, escribe poesías y cuentos tanto para niños como para adultos. Ha obtenido premios en Talleres Literarios en diversos niveles, además en concursos municipales, provinciales y regionales. Tiene varias publicaciones en diversas revistas tales como Ariel y Calle B. Actualmente dirige la Peña de Elizabeth, para el incremento del hábito de lectura y la formación de valores en el Seminternado de Educación Primaria Mario Castillo Rojas”.

Manuel Corona Pérez. Licenciado en Español-Literatura. Director del Seminternado Mario Castillo Rojas: “Elizabeth es una maestra en potencia, ella entretiene y enseña. Los niños se disputan su peña, cada encuentro entraña un amoroso intercambio de saberes que los niños y maestros agradecemos”.

Es preciso destacar que ya en edad madura, a instancias de un amigo que le animó a pintar, incursionó en el mundo de las artes plásticas con resultados sorprendentes, validados sus cuadros por la obra misma y el criterio de Elizabeth Tellería, artista de las artes plásticas, instructora de la Casa de Cultura Habarimao: “Exponente del arte naif o primitivo. Es dueña  de una forma de expresión que de singular manera le permite armonizar ese mensaje tan poético que caracteriza su obra. Preferentemente utiliza la técnica de la plumilla, aunque también aborda el dibujo al grafito y la pintura. Su medio de expresión más popular es la línea, tan controversial porque la utiliza sabiamente en correspondencia con las emociones que se implican en su discurso. Se apropia de una línea quebrada y desconcertante que matiza esos enigmas que tiene la vida: viajes entre el arte infantil y el surrealismo cotidiano. Es integrante del colectivo de las artes plásticas de la municipalidad, dentro del cual ha alcanzado la categoría de referente nacional. Su obra en general goza de gran aceptación por parte de los espectadores. Ha participado en varias exposiciones y ha obtenido premios relevantes”.

Entrevistada la autora respecto a su propia obra, expresa: “Mi creación ha sido un alimento espiritual a compartir con  mis coterráneos de todas las edades, la debo en primer lugar a mi madre Marta Fuentes Sarduy y a su hermana y tía mía María Fuentes Sarduy, que fueron el soporte de todos mis sueños; también, a mi esposo Orestes Raúl Milán Bello (Vive), quien me acompañara largo trecho del camino en los últimos 31 años de mi existencia, y que permanece eternamente en mi memoria y en cada página de mi obra, de la que fue y será ángel guardián. De igual modo, la debo a los niños que me han hecho espacio en mi corazón, entregándome su complicidad y compañía en cada encuentro”.

    

Las limitaciones físicas de esta mujer cumanayagüense no constituyen óbice alguno para su labor creativa; todo lo contrario, la engrandecen. Elizabeth Álvarez Fuentes, por derecho propio, es sin lugar a dudas una de las figuras más importantes de la cultura de este valle, bañado por el Hanabanilla y el Arimao. Esta ilustre señora enriquece el patrimonio nacional. Incursiona con éxito no solo en los diferentes géneros literarios de la literatura para niños y adultos, sino en algunas de las manifestaciones de las artes plásticas. Un leitmotiv de su obra lo constituye el paisaje emblemático nuestro: los ríos, las montañas…; el palpitar auténtico y natural de este pueblo entrerriano.