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Por Elizabeth Álvarez

Niña Luna se aburría
de sola siempre jugar.
Ella soñaba invitar
a las estrellas un día.
Era tal la lejanía
que inmenso ruedo inventó.
La Luna se transformó
en un carrusel gigante,
hoy parece que un diamante
en anillo la cercó.

Tomado de Canción de primavera (Ediciones Mecenas, 2009). (N. del E.)