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Por Yasiel Monzón y Daisy Pimentel

 

Cuando hablamos de literatura, música, danza, teatro, pintura, escultura o cualquier otra manifestación de las artes, no podemos olvidar a una mujer que ha hecho historia en Cumanayagua cuando de cultura se trata.

Alma limpia, transparente como aguas cristalinas; provocadora musa de una prosa llena de poesía, nació en 1956, y dio sus primeros pasos en la finca El Jobero, en el seno de una familia humilde. No podían imaginar que aquella niña tendría manos de hadas, tanto como escritora como en las artes de la manualidad.

Se caracteriza ella por su bondad, que se materializa en la vocación por la enfermería. Pero trueca su obra en oro, porque nunca se aleja de su gran pasión: la literatura. Por eso, inspirada en la niña que guarda en su alma, escribe Cantos para despertar a Romelia, demostrando que sus sueños son poderosos e indescriptible su inocencia, a pesar de las circunstancias, como testimonio de su propia vida: es un singular libro de cuentos, en que, con indescriptible magia, hace resucitar a su madre.

Multipremiada y reconocida por sus obras literarias y pictóricas, cruza siempre imbuida del afán de enriquecer la armonía a su paso con la dulzura eterna de su voz. Por eso, agasajar a esta bella mujer: Maritza González Martínez será siempre un regocijo y un honor.   

 

Palabras de agasajo pronciadas en la apertura del homenaje ofrecido a Maritza González Martínez en la Biblioteca Municipal “Tania la Guerrillera”, el pasado sábado 19 de junio de 2022. (N. del E.).