Por Irelia Pérez


          “¡Tanto amor y no poder nada

          contra la muerte!”
             
                      César Vallejo

              Para Nelito, in memoriam


Bajo una torre orgullosa
de su admirable esbeltez
cobijó nuestra niñez
cada espina y cada rosa.
Tibio olor a pomarrosa
danzaba por aquel llano.
Le esculpimos al lejano
horizonte su perfil
de senos malva y añil.
¿Ya no te acuerdas, hermano?


Después vino la creciente
del Tiempo   Nos arrastró
y a casa cual asignó
otro mar    otra rompiente.
Sembró olas por tu frente
y en mis cabellos, ceniza.
De su arena escurridiza
cuán poca puso en tu pie
que ya se agotó.
                             ¿Por qué
tan breve    tan quebradiza?

Cuando vuelva a florecer
tu sombra, vete con ella
donde sembramos la estrella
que iluminó nuestro ayer.
Píntame un amanecer
para que jamás se borre;
canta en el viento que corre
donde nunca te perdí
y espérame por allí...
a la sombra de la torre.