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Por Maria Herrera

No quiero tener las manos
ásperas de acariciar cenizas,
necesito terminar de colapsar
por ojos que ven y no miran
más que oscuridades de la noche.
¿Culpa por no sentir culpa?
Como un pájaro enjaulado,
sin alas y sin canto, estoy.
No deseo morir esperando
la sonrisa de la luna,
mitigadora de dolores.
Ya no quiero que mates lo que amo
y lo que siento ser…
Nada complementa el alma
más que ser mi propio amor.

El corazón no palpita,
hace tic tac, mirando la libertad.


Y más allá...

Más allá de la vida misma,
el aliento de nostalgia viaja.
Más allá de las ruinas de la brisa perfecta,
el hálito se hace polvo.
Más allá de la clandestinidad de las verdades,
el templo que habito se llama rebelión al círculo vicioso.
Y… 
el silencio que perturba después de un suspiro profundo
cuando punzan las armas blancas por oscuros besos a mi sombra,
ahí, en esa ruina del silencio, se equilibra el karma
y me vuelvo yo, mi yo, mi verdadero yo.
Agónica respirando fuego de vida.
Soy paz.


Sin mí
 

Parezco una cascada seca, 
un adagio de ballet sin sudor, 
el eslabón perdido de una cadena oxidada, 
me parezco a mi infierno, sí, mucho, 
me parezco a mi dolor. 
Soy la flor cobijada en el silencio 
de un Edén sin retornos, 
soy una flor en la encarnación 
de la luz peregrina de tus ojos... 
y también soy pétalos 
con olor a las profecías de un beso méndigo. 
El infierno es infierno sin ti, más infierno sin mí.


Romper 

Con mi boca arranqué los clavos 
de mis manos y mis pies, 
sangrando libertad, 
lamí mis heridas. 
En las pupilas dibujé dudas; 
este mundo superficial desea que crea, 
lo necesita, 
por ello, dudo. 
Si me maquillo es para mí, 
pero a cara lavada me retrato 
porque mi vergüenza no conoce el rubor. 
Tengo las estrías bien llevadas, 
los kilos de más bien puestos. 
Soy la modelo de la portada de mi vida plena. 
Lilith baila en mis caderas y sonrío. 
No quiero gustarte, no me interesa... 
Solo quiero gustarme, a mí. 
Nadie más. 
No gusto agradarte, puedo exhortarte. 
Interpelaré todo, 
hasta tus ficticias películas 
por mi sonrisa genuina. 
Rompí el silencio, 
ahora puedo, sí, 
puedo romper todo.